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Casa Batlló
1904 Antoni Gaudí - Arquitectura
Cuando estoy vivo, nada en mí es estático. Todo cambia, todo vibra.
La Casa Batlló no sigue reglas: las reinventa.
Es una criatura viva en forma de edificio, una arquitectura que respira color, ritmo y delirio.
Nada aquí es recto, porque la vida no lo es.
Gaudí no construye muros: construye piel.
Curvas que se mueven como olas, ventanas que miran como ojos, tejados que parecen columnas vertebrales.
Estar vivo, en esta casa, es no poder detener el pulso.
Es sentir que la forma está en constante transformación, como si el espacio se estuviera soñando a sí mismo.
Porque lo que hace estar vivo, vivo, es no quedarse quieto, es mutar sin pedir permiso.
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