top of page


El ángel caído
1847 Alexandre Cabanel - Óleo (120,5 x 196,5 cm)
Cuando estoy vivo, me niego a aceptar el orden impuesto.
El ángel caído no está derrotado: está ardiendo por dentro.
Cabanel pinta la belleza rota de una criatura que aún siente demasiado. Sus ojos
—cargados de furia, dolor y orgullo— no miran al espectador, sino hacia adentro.
Como quien ha perdido el cielo, pero no ha perdido el fuego.
En esta obra, lo vivo no es la carne ni el gesto: es el conflicto.
El deseo de ser más, incluso cuando todo lo sagrado ha sido arrebatado.
Vivir, aquí, es estar en guerra consigo mismo.
Una caída, sí. Pero también una resistencia.
Porque lo que hace estar vivo, vivo, es seguir ardiendo…
aun cuando ya no hay lugar donde caer.
Compártenos Tu Historia
Queremos saber qué opinas sobre la vida y la muerte
Comentarios (2)
bottom of page
El pasaje bíblico nos muestra como el maligno se consideraba igual o superior a Dios puesto que su propósito es destronar a Dios y esta ambición hace que se pierda del cielo. Nos invita a reflexionar respecto al orgullo, la rebeldia y la ambición haciendo énfasis que son sentimientos que no aportar positivamente a nuestras vidas.
La pagina nos invita a reflexionar sobre la "vida" que tenemos.