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El Café-Concierto
1879 Édouard Manet - Óleo sobre lienzo (47.3 × 39.1 cm)
Cuando estoy vivo, estoy rodeado, pero solo.
En este cuadro, todo se mueve y nada se encuentra.
Una mujer canta, un hombre fuma, el ruido flota en el aire espeso del café.
Y sin embargo, nadie se toca. Nadie se mira.
El cuerpo está ahí, pero la mente está en otra parte.
Manet no pinta un momento alegre; pinta el eco de lo que debería ser.
La modernidad vive aquí como un ruido de fondo constante,
una coreografía de lo cotidiano donde cada gesto es real y, al mismo tiempo, completamente ajeno.
Estar vivo, en esta escena, es estar presente en cuerpo y ausente en alma.
Porque lo que hace estar vivo, vivo, es seguir apareciendo, incluso cuando ya no estás del todo.
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Comentarios (2)
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Parce, antes la gente no se preocupaba por tantas cosas, solo disfrutaban el momento, que pasa ahora con los humanos.
Amo el cafe, amo el desmadre, amo la vida.